¡Por favor! ¡No tienes que actuar!
Para Guzmán, que lleva más de 10 años de experiencia en la sicología, “hay que reconocer la propia naturaleza. No todas las personas somos abiertas, ni espontáneas. Cada una tiene un modo de ser distinto para interactuar con las otras personas”, dice Guzmán.Así que no se trata de cambiar tu personalidad por entablar una conversación. La verdad es que siendo tú mismo y explotando tus cualidades puedes sacar más provecho y sentirte más cómodo. Te resultará más fácil.
Llegó la hora asumir riesgos
Hay que darse la oportunidad de conocer a otras personas, por ejemplo, empezar por un pequeño saludo, compartir espacios con las personas con las que trabajas pero fuera de la oficina.Guzmán asegura que “salir de la timidez implica un poco de riesgo, de tener la oportunidad de ser más abierto con las personas. Lo que pasa es que arriesgarse con los otros no es fácil. Los humanos le tenemos mucho miedo al rechazo, hay que trabajar en eso”.
Presta atención a las señales
Síntomas físicos como temblores en las manos, sudoración excesiva, palpitaciones o incluso náuseas son señales de alerta y podrían llegar a tratarse de una fobia social.Para la sicóloga, “los síntomas físicos son temas de ansiedad y eso también tiene que ver con la historia personal. La timidez de unos no es la misma timidez de todos”.
No está mal necesitar ayuda
Si se presentan síntomas físicos como los que mencionamos antes, es posible que necesites ayuda de un especialista en la materia.En estos casos, la recomendación de la experta es muy clara: “cuando sientan que se trata de un tema que limita el desarrollo, el desempeño y que impide desenvolverse en las áreas que necesita, es necesario buscar ayuda”.
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