Me dan ganas de abrazarte y decirte gracias por todo, incluso por las lágrimas.
Teme menos, esperánzate más; quéjate menos, respira más; habla menos, di más; odia menos, ama más.
La vida también se trata de tropezar y de aprender de la piedra en el camino.
Hoy en día cuesta mucho confiar en alguien.
Una persona que ríe a diario no es porque siempre le vaya bien, sino porque aprendió que debe sonreír siempre.
Un ciego tiene mejor visión que aquel que, pudiendo ver, no quiere ver.
Tendré mala memoria, pero recuerdo quien me ha fallado y quien ha estado siempre aquí.
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