Eres mi primer pensamiento al despertar y mi último pensamiento al dormir.
Madurar
es darte cuenta que el amor de tu vida no es una princesa ni un
príncipe de un cuento, sino una persona perfectamente imperfecta.
Algunas personas pasan por nuestra vida para enseñarnos a no ser como ellas.
—Oye mi amor, ¿me veo gorda?
—¿Te digo la verdad y no te enojas?
—Dime.
—Te ves hermosa.
La vida es muy corta para estar enamorándose de lo común.