1. Protégete del sol
Un ligero bronceado es bonito, pero no sin protección. Utiliza una
protección alta, evita las horas más fuertes de sol y, si eres propensa a
las machas, no expongas al sol el rostro, utiliza el accesorio del
verano: un sombrero, y ponte debajo de la sombrilla. Verás que cuando
usas protección muy alta, tardas un poquito más en broncearte, pero el
moreno será más uniforme y te durará más tiempo. 2. Cuidado con lo que comes
¿Estás de vacaciones? Genial, pero no descuides tu alimentación. Está bien tomarse una paella un día o un helado una noche, pero no todos los días de las vacaciones. Comer bien no significa sacrificarse o pasar hambre ni mucho menos. Hay un montón de platos veraniegos ligeros y apetitosos: gazpacho, ensaladas, pescado a la plancha, marisco…
3. Ponte guapa y no te descuides
Lo sé, hace calor y mantener el maquillaje en su sitio es todo un
reto. Estar de vacaciones significa relajarse, pero no descuidarse, así
que no te descuides. Usa menos maquillaje, un toque de polvos, colorete,
máscara y listo. No uses el secador, pero aplica un poco de espuma para
rizar el cabello, y ondula la parte frontal. Olvídate de los jeans
o las chaquetas, pero tampoco es cuestión de ir todo el día en pantalón
corto. Un bonito vestido con una sandalia plana es una opción cómoda,
fresquita, pero glamourosa.
4. Reserva tiempo para ti
Usa tu diario de verano y planifica tiempo para ti, para cuidarte, para ponerte guapa, para preparar tu look de la nueva temporada, para marcarte retos de belleza e imagen… En fin, para cuidarte a ti misma.

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