El pasado muere, el presente vive, el recuerdo queda y la vida sigue.
Sin Dios, no podéis hacer nada. Con Dios, no hay nada que no puedas hacer.
Yo amo a mi mamá, no importa
las veces que me regañe, no importa lo mucho que discutamos, porque sé
que al final siempre va a estar ahí.
Los errores no se niegan, se asumen; las tristezas no se lloran, se superan.
Me pregunto cuántas veces perdonamos a una persona para no perderla, incluso si no se merece nuestro perdón.
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